lunes, 13 de mayo de 2013

Vanilla Chamu: la japonesa que invirtió 80 mil euros en treinta operaciones para cambiar sus rasgos orientales


Hoy, los medios de todo el mundo están dando primacía a esta noticia. La modelo japonesa Vanilla Chamu pasó por un programa japonés en el que mostró paso a paso su transformación a través de una serie de fotografías luego de cada operación.

Luego de gastar 80.000 euros en 30 intervenciones, la joven oriental ha conseguido convertirse en una chica occidental, o más bien, lo más parecido a una muñeca de juguete. Para ellos, se ha operado los ojos, eliminando sus rasgos asiáticos, se ha aumentado el pecho, se ha sometido a varias liposucciones y ha definido sus pómulos.


"Quiere ser una muñeca porque a las muñecas nadie las llama feas", contó uno de sus amigos. Su obsesión por la belleza comenzó una vez que terminó sus estudios secundarios. A los 19 años ingresó al quirófano por primera vez, desde ese momento pasaría por allí unas 30 veces más. 

La lista de intervenciones quirúrgicas a las que se sometió incluye: liposucciones, implantes mamarios, transformación de la nariz, aumento de la frente, de los ojos, así como la modificación de los pómulos y labios. Y todo esto no es el final. La modelo se prepara para una operación más extrema: estirarse las piernas. 


A la altura de esta información, y más allá de toda necia vanidad, será muy importante tener presente que cuando la motivación de una persona para someterse a cirugía es el de la vanidad, esa persona se ha convertido en su propio ídolo. Por eso, este tipo de "modas obsesivas" que conducen a todo este tipo de estragos contra el propósito eterno de Dios deben ser no sólo denunciadas, sino debatidas con los jóvenes que pertenecen al Reino del Eterno a fin de que ellos sean atalayas proféticos para sus generaciones.



Las Sagradas Escrituras nos advierte que no seamos vanos o engreídos (Filipenses 2:3-4). También nos enseñan a que no atraigamos la atención sobre nosotros mismos utilizando nuestra apariencia física (1 Timoteo 2:9).

Muy por el contrario a toda este "viento de doctrina" hedonista y reptiliano, la revelación de Abba nos instruye que es mucho mejor trabajar en embellecer al ser interior "el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios." (1 Pedro 3:4). 

1 comentarios:

Muy bueno tu blog! lo voy a estar visitando! saludos amigo!

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